Alguns dies el
col·lectiu està de dol. Avui és un d'aquests dies perquè ha mort Eduardo
Galeano. Les seues paraules ens han acompanyat al llarg de tota la
història del col·lectiu, per a reivindicar, per a donar sentit a la vida, per
suavitzar els moments dolorosos, per riure amb la seva ironia, per a lluitar ,
pel pur plaer de llegir-lo, ...I ara també, com tantes altres vegades, haurem
d'aprendre a viure amb la seva absència, gaudir del seu record i mantenir vives
les paraules que ens ha deixat :
Recordar : Del
latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.
El
mundo
Un hombre del
pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta,
contó. Dijo que habia contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo
que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es
eso- reveló- Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona
brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay
fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de
fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el
aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero
otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y
quien se acerca, se enciende.
( pàg, 1. E.
Galeano El libro de los abrazos, ed. SXXI, 1999)
El
aire y el viento
Por los caminos
voy, como el burrito de San Fernando, un poquito a pie y otro poquito andando.
A veces me
reconozco en los demás. Me reconozco en los que quedarán, en los amigos
abrigos, locos lindos de la justicia y bichos voladores de la belleza y demás
vagos y mal entretenidos que andan por ahi y por ahí seguirán, como seguirán
las estrellas de la noche y las olas de la mar.
Entonces, cuando
me reconozco en ellos, yo soy aire aprendiendo a saberme continuado en el
viento.
Me parece que fue
Vallejo, César Vallejo, quien dijo que a veces el viento cambia de aire.
Cuando yo ya no
esté, el viento estará, seguirá estando.
( pàg. 257. E.
Galeano El libro de los abrazos, ed. SXXI, 1999)
La
ventolera
Silba el viento
dentro de mi.
Estoy desnudo.
Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara
en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara.
( pàg. 258. E.
Galeano El libro de los abrazos, ed. SXXI, 1999)
'El derecho al
delirio' ('Patas arribas. La escuela del mundo al revés', 1998).
Y LA UTOPIA :
Y LA UTOPIA :